A nadie se le ocurriría pensar que países con un gran desarrollo por delante en infra-estructuras, como Uruguay, podrían tener algo que enseñar a España y a sus constructoras, que son las primeras empresas del mundo en este campo. Pero sí. Por ejemplo, cuál es la fórmula para seguir invirtiendo en carreteras, ferrocarriles o aeropuertos (un motor para crear empleo) teniendo cada vez menos dinero y, aquí está la clave: sin endeudar durante décadas a los futuros gobiernos hipotecando, así, el destino del dinero que pagan los ciudadanos en impuestos.
El nuevo Ejecutivo que salga del 20-N deberá replantearse el modelo de infraestructuras que quiere para el país después de una década de grandes inversiones, sobre todo en AVE, y con la obligación que impone Bruselas de austeridad en los presupuestos para cumplir con el déficit. La realidad es que, aunque este año Fomento invertirá más del doble que el año pasado (3.600 millones en todo 2010), las cifras quedarán lejos de los 9.000 millones de 2009. Y 2012 será peor, temen constructoras y expertos.
Si, tenían razón: "Keynes ha muerto". O mejor dicho le han matado. Por lo menos en Europa (en Estados Unidos se puede percibir un cierto aire con algo de tufillo a Keynes, al contrario de lo que pudiera parecer).
ResponderEliminarLa noticia refleja que el tipo de políticas que se están haciendo dan la espalda al lanteamiento Keynesiano, pero le da un tratamiento curioso al asunto: no es que en España no se haya caído en la existencia de una solución que siempre ha estado ahí y que ha demostrado su eficacia en el Siglo XX; directamente se deshecha por motivos ideológicos. No hace falta que nos enseñen modelos de desarrollo keynesianos, necesitamos querer llevarlos a cabo; o mejor dicho, necesitamos que la clase política (y con esto me refiero a los partidos que conforman el bipartidismo de hecho) quiera llevarlos a cabo.
Y es curioso decir esto cuando uno de esos dos partidos es el de la teórica social democracia de España.
Keynes ha muerto, y con él la social democracia.